El Ayuntamiento de Mallén ha recuperado la participación en los tributos del Estado, que asciende a 580.000 euros y que estaba retenida por el Ministerio de Hacienda al no haberse presentado las cuentas correspondientes a los ejercicios 2013 y 2014, en la pasada legislatura.
Esta situación se arrastraba por los problemas registrados con la Sociedad Urbanística Municipal de Mallén (SUMM), creada en tiempos del exregidor Antonio Asín y que ahora mismo está sometida a un proceso de liquidación por parte del nuevo equipo local, presidido por Rubén Marco, de Por Mallén.
«El dinero estaba retenido, simplemente», explicó Marco, que señaló que el consistorio tratará de que la citada cantidad se incorpore al presupuesto de la localidad. «Haremos lo que sea preciso para que esa suma contribuya a las finanzas municipales, pero tenemos que tener en cuenta las normas que regulan el techo de gasto y el endeudamiento de las entidades locales», aseguró.
El primer efecto de esta recuperación es que Mallén ya no figura como deudor de Hacienda, un importante paso si se tienen en cuenta los desequilibrios creados por la Sociedad Urbanística Municipal, que dejó una deuda de tres millones de euros.
Esta cantidad supone una pesada carga sobre los recursos del consistorio, que dispone de un presupuesto que ronda los 2,3 millones anuales, si bien su propósito es ir enjugando el déficit de forma progresiva.
La sociedad municipal es una fuente de problemas para la localidad, hasta el punto de que el exalcalde Asín y el secretario de su época, Pedro Rueda, se hallan imputados por enmascarar presuntamente el verdadero estado de las cuentas de la entidad. Serán juzgados en Zaragoza el 20 de diciembre y ambos se enfrentan a 15 años de prisión, que solicita la acusación particular, ejercida por el abogado José María Viladés, en nombre del grupo municipal del PP de Mallén. La Fiscalía, sin embargo, rebaja la pena a dos años de cárcel.
ADIÓS A LA SUMM
La entidad, que la actual corporación se ha propuesto disolver, es una pesada losa sobre las finanzas del pueblo, dado que acumula más de tres millones de euros en deudas. Una suma muy elevada si se tiene en cuenta que el presupuesto anual es de esos 2,3 millones.
La sociedad municipal, que se creó en los años del auge inmobiliario, está siendo objeto ahora de una auditoría destinada a averiguar el estado de sus cuentas en los pasados cinco años. La deuda que arrastra crece rápidamente porque deriva de una serie de créditos no devueltos que generan considerables intereses a medida que pasa el tiempo.
La actual corporación está de acuerdo en hacer frente a la deuda lo antes posible, dado que la propia complejidad del caso y los cambios electorales de los últimos años no han hecho más que aplazar la solución definitiva. «Es una cuestión delicada en la que habrá que respetar la normativa sobre techo de gasto y capacidad de endeudamiento de las corporaciones locales», advierte Marco.
Durante los años en que estuvo operativa, la SUMM se dedicó a la promoción de actividades que atrajeran inversiones a la población, situada en la frontera con Navarra, en el corredor entre Zaragoza y Tudela. Aquel esfuerzo inicial terminó traduciéndose en un embrollo jurídico que tiene flecos pendientes.
Uno de ellos, el más importante, es que un vecino de Mallén reclama a la SUMM que se le compense, tal y como se acordó, por la construcción de un parque público en un terreno de su propiedad. Se pactó con él una permuta de terrenos que no se ha llevado a efecto, por lo que el afectado reclama que se cumpla lo acordado y 222.000 euros. La urbanización del terreno en cuestión costará además 200.000 euros suplementarios.
«Es un caso muy complejo, un verdadero embrollo jurídico», afirma Marco, que indica que una vez resuelta la tramitación previa, se abordará la disolución de la sociedad municipal «en los próximos meses
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